Esta dinámica es de mucha utilidad dependiendo de la creatividad y del enfoque con que sea aplicada.
En este proyecto se utilizó para hacer la reflexión sobre lo que podemos llamar "Analfabetismo Nutricional", ya que el que desconoce es como el que no ve, y si no ve, no está en condiciones de fungir como guía.
Nosotros como docentes debemos conocer lo suficiente a cerca de este tema para guiar a nuestros alumnos y a nuestros padres de familia en la preservación de uno de los componentes indispensables para una educación de calidad; LA SALUD.
Para llevarla a cabo, Se forman parejas entre los integrantes del grupo, procurando que se constituyan entre personas que tienen menor relación interpersonal.
“Busquen una pareja, alguien a quien quieran conocer mejor”.
Uno de los integrantes de la pareja hace el papel de ciego (vendándose los ojos), y el otro de lazarillo.
El lazarillo conducirá al ciego por el mundo que le rodea. Durante un tiempo determinado (5 minutos).
Cada "lazarillo" toma del brazo a su ciego y lo orienta acerca del recorrido que se llevará a cabo por el salón o el patio, al tiempo que avanzan, le va dando las indicaciones precisas para que no vaya a caer, a chocar con algo o alguien, o a resbalar.
Para regresar al punto de partida, se cambiarán los papeles, ahora el "lazarillo" es ciego y el ciego es "lazarillo".
Terminado el ejercicio, el grupo reflexiona la experiencia.
El coordinador puede ayudar con algunas de estas preguntas:
1. ¿El lazarillo inspiró confianza, por la firmeza de su voz, lo claro de sus indicaciones, Etc.?
2. ¿El lazarillo dio indicaciones erróneas?
3. ¿El ciego sintió en algún momento que iba a caer o iba a tropezar?
4. Al ser lazarillo, ¿nos sentimos preocupados por entendernos bien con el ciego?
5. ¿Qué sentimos al conducir al otro: responsabilidad, cariño, nada especial, instinto protector?
6. Al ser ciego, ¿cómo nos sentimos: como un juguete a merced del lazarillo?, ¿como un hermano menor?, como un huésped bien tratado, pero con cierta frialdad?, ¿cómo un amigo tratado familiarmente?
Para el fin que perseguimos con la aplicación de este proyecto, concluimos con las preguntas:
¿Cómo podemos traspolar el papel del ciego y del lazarillo a nuestro quehacer docente, especificamente con este tema en particular? Sobre Obesidad, sobrepeso y otros transtornos alimenticios, ¿Sobre orientar a nuestros alumnos y padres de familia acerca de qué comer y en qué cantidades para preservar la salud?
En la aplicación de nuestro proyecto, está dinámica fue de mucha utilidad.
Durante la reflexión algunos comentarios fueron en relación al desconocimiento que tenemos acerca del tema, lo que nos llevó a concluir que necesitamos desarrollar nuestras competencias docentes para lograr una sana alimentación, que no solo impactará positivamente en nuestras vidas, sino en la de nuestros alumnos y de las personas que nos rodean.
¡Así que es urgente, desarrollar nuestras competencias para una sana alimentación!

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